Licenciatura, master, postgrado

La formación académica avanzada en Enfermería en España ha sido siempre cercenada por intereses ajenos a la profesión, con la anuencia puntual de algunos de nuestros propios compañeros de viaje. La licenciatura, el segundo ciclo, en el modelo local; el postgrado, el master, en el modelo europeo que está a punto de convertirse en norma de obligado cumplimiento en nuestro país, sigue siendo un caballo de batalla en lugar de un paso adelante para el sistema de salud.

La Organización Mundial de la Salud ha reconocido en innumerables ocasiones, que las enfermeras son un activo para la comunidad. Pero este agente de salud ha sido invisible en España durante demasiado tiempo. La sociedad ha concebido tradicionalmente nuestra labor como una actividad a medio camino entre el cuidado doméstico y el cumplimiento de las órdenes médicas, para lo que no se requería un cuerpo de conocimientos muy elaborado.

Parecería, sin embargo, que el problema no deviene exclusivamente de la consideración social de nuestra profesión, si echamos un vistazo a nuestro entorno. Muchos de los países latinoamericanos, con los que nos unen innumerables lazos, depositaron los estudios de Enfermería en la Universidad en los años 60, y han ido consiguiendo la introducción del grado de master y doctorado, con Brasil y Colombia a la cabeza, en los 80 y 90, del siglo pasado.

España afronta el siglo XXI con una enfermería altamente capacitada para el trabajo activo en todos los ámbitos de la salud. Países como Inglaterra, Francia, Italia o Portugal, conocen de esta preparación y capacidad para el desarrollo profesional de las enfermeras españolas y no dudan en ofertarles puestos de trabajo, que no se cubren con la demanda local de empleo.

Pero esta alta capacitación no debe hacernos caer en la autocomplacencia. Frecuentemente, se nos recuerda que estamos en la docencia universitaria, a pesar de tener sólo el grado de diplomado; que se nos conceden financian proyectos de investigación, a pesar de no tener formación investigadora; que se nos permite gestionar unidades de enfermería, pero no se nos reconoce el nivel profesional adecuado a tal fin.

La formación postgrado es necesaria. Es necesario trabajar para conseguir el Master en Ciencias de Enfermería, para el desarrollo de la disciplina y la apertura de líneas de investigación en programas de doctorado específicos. Pero es también importante, desarrollar masteres de especialización, vinculados al Ministerio de Sanidad, como están ahora, o a las Universidades, como existen en otros países europeos. Saber que podemos mejorar nuestra profesión debe unirnos, esta vez debemos ir a por todas.