Formación y perfeccionamiento del personal investigador

Recientemente, el Ministerio de Sanidad y Consumo español ha abierto la convocatoria anual de ayudas para la formación y perfeccionamiento del personal investigador y para acciones especiales dentro del programa de recursos humanos y difusión de la investigación de dicha entidad. Los diplomados en Enfermería pueden acudir a esta convocatoria en el apartado destinado a ayudas predoctorales y becas de ampliación de estudios, por lo que la convocatoria debería resultar de interés para cualquiera de los titulados, que quieran enfocar su carrera hacia el ámbito de la investigación.

Sin embargo, resulta muy difícil competir con este tipo de ayudas frente a un mercado laboral en plena expansión. La cuantía de las becas es de 11.000 euros anuales para los diplomados y, como vienen denunciando de manera reiterada los becarios de la Administración, el ente público no paga seguridad social por estos “trabajadores”, subcontratando el seguro sanitario de los investigadores a aseguradoras privadas. La atracción de la investigación como un campo de creación de conocimiento y estudio continuos no es suficiente para unos profesionales con escasa formación investigadora e innumerables oportunidades de trabajo propio en el ámbito asistencial, a cambio de un salario, si no digno, por lo menos suficiente.

La convocatoria recoge como objetivos garantizar la formación en investigación de los jóvenes con dedicación a tiempo completo a las tareas formativas; apoyar los procesos de movilidad de los investigadores y jóvenes en proceso de formación, como mejor garantía de la difusión y distribución del conocimiento, así como de la transferencia de tecnología; y promover la reincorporación, estabilización e inserción profesional, por medio del fomento de medidas de contratación.

El Gobierno realiza un esfuerzo importante por mejorar la cantera de investigadores de nuestro país, en la que los enfermeros y enfermeras deben ocupar un papel relevante como agentes de cuidados cada vez más complejos y especializados. Pero también es obligación del Estado velar por el pleno desarrollo potencial de sus ciudadanos en las mejores condiciones posibles, evitando que se prolonguen situaciones de “subcontratación” en investigadores, que hace mucho se incorporaron a los treintaytantos y que adquirieron responsabilidades ineludibles para ellos, como formar pareja, tener hijos o adquirir una vivienda. Sólo si el Gobierno sabe combinar el esfuerzo inversor en formación investigadora, con una salida profesional adecuada a los investigadores veteranos, la propuesta de entrar a formar parte del personal investigador en formación se convertirá en suficientemente atractiva para los diplomados en enfermería. Y es imprescindible contar con dicha cantera.

Azucena Pedraz Marcos