El futuro de las publicaciones acerca del cuidado

José María Santamaría García

...si un árbol cae en mitad

de un bosque y no hay

nadie para escucharlo

¿emite algún sonido?...

Koan Zen

Una investigación carece de relevancia si no se ponen en conocimiento del mundo científico los hallazgos que hayan sido descubiertos.

Esta premisa asumida entre los científicos se hace extensiva, como no podía ser menos, al terreno del estudio del cuidado del cual, como disciplina científica, la Enfermería es su responsable.

El hecho es que es común escuchar que, en general, las publicaciones Enfermeras, es decir, aquellas que tienen como objetivo poner de manifiesto los avances en el campo del estudio del cuidado, atraviesan en nuestro país una situación de, digamos, “sequía” de artículos de investigación (tradicionalmente denominados “originales”).

Por otro lado, curiosamente, dicha “sequía” es inversamente proporcional al nivel de envíos de “papers” a los distintos congresos que tienen lugar a lo largo y ancho de la geografía española, los cuales han visto incrementada la participación de comunicación científica.

Parece pues que existe una tendencia clara hacia un determinado estilo a la hora de poner en conocimiento el saber acerca del cuidado.

Esta tendencia, de defensa de los resultados científicos, hacia lo oral (en formato comunicación o póster) que tiene lugar en los congresos quizá tenga que ver con el sobreesfuerzo de conceptualización que exige plasmar el estado del arte del aspecto del cuidado a investigar, la hipótesis (la pregunta que debe basar toda investigación), el método elegido y su porqué, los resultados (con sus limitaciones) y la significación científica en el campo del cuidado de los mismos.

O quizá sólo se deba a una fase “natural” similar a la acaecida años atrás en la clínica y de la cual, gracias a la formación y la mentalización bajo el eslogan “lo que no se escribe no se ha hecho”, se logró trascender.

La cuestión es que en investigación el eslogan sería mucho más severo, en carga, y su traducción probable en el contexto científico sería “lo que no se ha escrito no se ha pensado”.

El hecho es que, tendencia o fase, estamos en este momento y es opinión generalizada que debemos y tenemos que cambiar esta realidad.

El cambio en los estudios académicos y profesionales del cuidado hacen suponer un nuevo horizonte donde, la realización de tesinas y tesis doctorales y la posibilidad de que, al igual que sucede en otras disciplinas, para su defensa sea requerida la “publicación” (además de la comunicación) de los resultados de las mismas (en revistas de un determinado nivel de impacto), hacen presagiar una potenciación de la presentación escrita en los avances en el campo del estudio del cuidado.

No obstante debemos preparar el camino que parece aventurarse, creando la estructura necesaria para ese cambio, con publicaciones especializadas según niveles de conceptualización, campos de investigación, bases teóricas,... con un adecuado nivel de calidad interno y que funcionen de manera colaborativa en interconexión referencial que nos permita estar preparados para el nuevo contexto de desarrollo profesional y disciplinar.

Cuando en la clínica las enfermeras optaron por dejar constancia escrita de sus juicios profesionales sucedió que en numerosas ocasiones no encontraron el soporte (físico o informático) en el que hacerlo. Espero que hayamos aprendido de ello y nos pongamos manos a la obra para que aquel vacío no llegue a existir cuando la necesidad de la publicación de los resultados de nuestra investigaciones en el campo del cuidado sea una realidad.