Sobre la investigación de la enfermería especialista en salud mental

Rosario Busturia Jimeno

Me parece importante pararse a pensar sobre cómo la enfermería especialista en salud mental se esta abriendo camino dentro del campo teórico de las Ciencias de la Salud Mental.

Para que este proceso se abriera, fue necesario volver a institucionalizar la formación en salud mental de los profesionales de enfermería mediante la especialidad de Enfermería de Salud Mental. El actual programa docente pretende ofrecer una formación adaptada a las necesidades de nuestra sociedad y que mejore la calidad de los cuidados. Esto a significado el “pistoletazo de salida”, para la apertura y validación social de un contexto institucional, desde donde ejercer un lugar y rol profesional propio y especifico.

Ahora bien, inscribir en ese contexto, un texto propio, un discurso teórico propio, y por tanto una praxis clínica especifica, ha sido y es cosa de distintos frentes institucionales y movimientos sociales, pero también es cosa de la función investigadora.

A lo largo de estos años, observamos que la investigación va siendo un MEDIO que va dejando el señuelo en la construcción de un esquema de referencia teórico propio, que transforme los acontecimientos o fenómenos en datos de una determinada disciplina y que se le asigna a ella por el MODO de su explicación, pues como diría Devereux, ningún fenómeno pertenece a priori a ninguna disciplina en particular; así, por poner un ejemplo, la drogadicción , el SIDA, los trastornos de la conducta alimentaria o cualquier otro problema de salud pública, puede ser estudiado tanto por las Ciencias Políticas y Económicas como por las Ciencias del comportamiento; por eso cobra sentido la búsqueda bibliográfica cuando nos ponemos a querer saber sobre un fenómeno.

La investigación también va siendo un MEDIO para ir fisurando las pautas culturales que marcan una trayectoria de pensamiento rígidamente establecido, desde donde si bien resulta difícil pensar con independencia, sin embargo, resulta fácil caer en la imitación de los modelos de pensamiento supuestamente consagrados. También puede ocurrir en el otro extremo, caer en la ausencia de un pensamiento crítico, donde por ejemplo todo puede ser considerado como válido solo por el hecho de que lo lleve a cabo enfermería.

En otras palabras, partimos de pensar que toda la actividad de la práctica clínica del enfermero especialista en Salud Mental, es investigación; así se está investigando cuando en una entrevista frente a un paciente anoréxico, indagamos sobre qué plan de cuidados sería el mejor para contribuir a su bienestar, y también investigamos cuando estamos trabajando en la elección de tal o cual diseño o tratamiento estadístico de los datos, para validar un plan de cuidados en una población de riesgo de sufrir anorexia.

La investigación, la función investigadora, habla por tanto de una posición subjetiva del rol del enfermero especialista en Salud Mental que no es meramente técnica, por no estar “pegada o apegada” al objeto sobre el cual intervenir.

La pregunta que se hace o pudiera hacerse el investigador sobre el objeto, es la que va definir su implicación y su ámbito de actuación, y por tanto puede permitir un pensamiento propio, que validado pasará a ser un dato científico.

¿Y cómo mantiene el profesional esta pregunta sobre el objeto?

Tendríamos que hablar de la Formación, pero no de la formación COMO UN ESTADO, como algo a alcanzar escalonadamente, y de la que visto así supuestamente carecen los enfermeros especialistas nóveles, sino de la formación COMO UNA SITUACIÓN. Es decir, no es algo estático, sino dinámico.

Contemplamos la formación como un elemento o dispositivo que actúa dialécticamente unido a la investigación (sea esta al nivel que sea), porque justamente cuando el pensamiento no puede avanzar creativamente, la formación ayuda a introducir nuevos elementos que rompan la estereotipia del pensamiento.

Por ello podemos decir que para formarse hay que investigar, y que para investigar hay que formarse.

Por seguir con el ejemplo anterior si investigamos sobre la anorexia, y obtenemos unos resultados que posteriormente ponemos en practica en una población determinada, seguramente en esta practica van a aparecer otros enunciados que desconozcamos a pesar de haber hecho el estudio previo, por lo que la propia práctica nos lleva de nuevo a investigar. Esto es mas evidente cuando la Investigación se hace en equipo, porque las respuesta que cada profesional puede dar no tiene un efecto sumatorio, sino que tienen un efecto multiplicador, al abrir distintos aspectos del mismo punto que se investiga; por ejemplo, todos investigan sobre la anorexia, pero un profesional incide más en la importancia del nivel económico del sujeto en producir ese síntoma, y otro puede incidir más en factores familiares.

Pensar así estos dos elementos (la formación y la investigación) en la praxis clínica del enfermero especialista en Salud Mental, habla de un modelo teórico que a su vez nos asegura un modelo científico fecundo en esta disciplina.